Los grandes movimientos migratorios de población y la rapidez de los medios de transporte, así como el alto intercambio comercial, disminuyen las distancias y convierten las enfermedades comunes aisladas en padecimientos universales y viceversa; parasitosis anteriormente circunscritas a zonas muy concretas, aparecen en otras muy alejadas de sus focos iniciales. Esta situación se ve favorecida por las condiciones socioeconómicas en que se encuentran grandes masas de población del planeta. Un alto porcentaje de la población mundial sufre de infecciones por parásitos, que son responsables de 15 millones de muertes de niños anualmente.
A esta situación se suma que los parásitos han desarrollado múltiples mecanismos de evasión y resistencia a la inmunidad específica, lo que les han permitido burlar y hacer abortar la respuesta inmune que el huésped elabora dando lugar a infecciones crónicas y persistentes. La persistencia de los parásitos en los huéspedes humanos ocasiona reacciones inmunitarias crónicas que pueden lesionar los tejidos, así como producir alteraciones en la regulación inmune.
Los parásitos son asesinos silenciosos que van cobrandose víctimas ingenuas en un mundo en el que ni siquiera se imagina que éstos existan. Los médicos en Europa occidental y en los EEUU no contemplan la posibilidad de que podamos estar infectados, pero dados fenómenos como el de la inmigracion de personas entre continentes, el problema es mucho más común de lo que cualquiera pueda imaginar y muchas veces los parásitos son los que ocasionan muchas de las enfermedades poco comunes, raras u otras como la fatiga crónica, la fibromialgia o la artritis, que últimamente tanto daño están ocasionando en nuestras comunidades.
Las vermiasis más frecuentes son las intestinales; las personas que las sufren pierden gran cantidad de elementos nutritivos, que son absorbidos por el parásito, a la vez que las erosiones que éste origina en el tubo digestivo pueden ser la puerta de entrada de diversas infecciones.
Las infecciones por lombrices intestinales son muy comunes y no sólo afectan a personas con hábitos sucios e higiene deficiente. Los gusanos son parásitos que se contagian al ingerir los huevos producidos por ellos mismos, estos huevos eclosionan en el tracto intestinal.
Una infección parasitaria puede adquirirse a través de una de estas vías:
- A partir de otra persona, por contacto más o menos directo (por heces o sexual).
- Por auto infección, por ejemplo, en el mecanismo ano-mano-boca, ya que el rascado de la zona anal puede arrastrar los huevos.
- Por transmisión maternofetal o congénita.
- A partir de objetos comunes contaminados.
- A partir del suelo contaminado por excrementos humanos o de animal.
- Por tomar carnes crudas contaminadas o poco cocinadas.
- Tomar pescados crudos.